El pasado sábado, día 18 de mayo de 2024, la sección de Naturaleza organizó su última actividad cultural y senderista de este curso; para ello nos desplazamos hasta Arcos de la Frontera en autobús.
En esta ocasión comenzamos más tempranos, previendo la calor que podría hacer sobre el mediodía, aunque la jornada permaneció con menos temperatura que la habitual para estas fechas.
La salida la iniciamos desde la parada de autobuses de Arcos y nos dirigimos hacia el río, por la cuesta del molino de San Félix, cruzando el canal de Tablellina y disfrutando, a medida que nos dirigíamos hacia el Este, de las vistas que nos ofrecía el tajo de Arcos.
Nos dispusimos a seguir los meandros del río Guadalete que rodean Arcos de la Frontera, ciudad fronteriza con el reino nazarí de Granada allá por los confines de los siglos XIV y XV.
Las últimas lluvias han alegrado la ribera del río y se nota un aumento del caudal tras ella, puesto de manifiesto en los diferentes molinos que visitamos, San Félix, molino del Algarrobo o el de San Antón.
Con el molino del Algarrobo de fondo y la Peña de Arcos nos hicimos la foto de grupo y nos dirigimos hacia el puente metálico de San Miguel, construido en 1920, tras haberse derrumbado en 1917, durante la gran riada, el antiguo puente de piedra.
Seguimos un sendero que transcurre por debajo del puente y el curso del río nos llevó hasta el molino de la Angorrilla y disfrutamos de las vistas de la Peña Vieja.
Aprovechamos la arboleda para descansar un poco y tomar una fruta y a continuación ponernos en marcha y disfrutar del manto rojo con que las amapolas cubrían los campos en esta Primavera, un tanto inusual por las suaves temperaturas y los vientos de poniente refrescando el día.
Nos quedaba subir desde el molino de San Antón, por la cuesta que nos lleva hasta la calle Puerta de Carmona, subiendo un desnivel desde los 7 metros abajo en el río hasta los 192 metros en que se sitúa la Plaza del Cabildo, llegando sobre las 12:30 h; un tramo que nos llevó por el entramado urbano tan característico de Arcos, entre cuestas, miradores, calles estrechas y encaladas.
Una vez terminado el sendero y ya en el pueblo nos paseamos por el casco histórico y visitamos sin entrar en ellas, la Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, San Pedro, y El Castillo, visitamos el Palacio del Mayorazgo convertido en Casa de la Cultura donde había una gran exposición de pinturas y su pequeño y precioso jardín, hasta sentarnos y refrescamos con una cervezas.
Jornada preciosa, luminosa, fresca, y divertida la que disfrutamos las personas ateneístas que realizamos el sendero fluvial a Arcos con un ambiente entre los asistentes extraordinario.
La sección de Naturaleza os espera para el curso que viene.