Romper el silencio, hacer justicia
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febrero 20, 2019El club de lectura del Ateneo de Jerez se congregó ayer en su sede en torno a la novela de Fernando Aramburu “Patria”. Una novela que no dejó a nadie indiferente y que enganchó a todos los asistentes. La trama de Patria se teje en torno a la relación entre dos familias, la formada por Bittori y Txato, con sus hijos Xabier y Nerea, y la familia de Miren y Josian, que a su vez tienen tres hijos, Joxe Mari, Arantxa y Gorka.
Son dos familias vascas, que viven en un pueblo industrial, y cuya amistad se remonta a los años sesenta y setenta; han criado juntos a sus hijos. La novela transcurre entre la segunda mitad de los ochenta y el principio de la presente década. Txato es un pequeño empresario del sector del transporte al que ETA exige el “impuesto revolucionario”, algo que intenta negociar, sin éxito, iniciándose una operación de acoso en su contra (pintadas, aislamiento social…) que llevan a la ruptura con la familia de Miren y, finalmente, al asesinato de Txato por parte de ETA. Joxe Mari, el hijo de Joxian y Miren, inmerso en los movimientos juveniles de la época, había pasado antes de la muerte de Txato a la clandestinidad, y se convierte en miembro de ETA y formando parte de un comando. Un comando que, después de una sangrienta carrera, es apresado, con lo cual se inicia para Joxe Mari un largo período de encarcelamiento lejos del País Vasco.
Muchas historias vitales, y aunque el orden de los capítulos no es cronológico, no existe dificultad para seguir los saltos temporales, hacia adelante y hacia atrás, que plantea la novela, quizá porque cada uno de ellos está, hábilmente, centrado en el devenir vital de cada uno de los nueve personajes principales del libro, aunque el mayor protagonismo se lo lleven las dos madres Bittori y Mirem.
Fernando Aramburu va, a la vez que describiendo la vida de las dos familias, informando y dando a conocer la realidad que está viviendo el Pais Vasco: los atentados de la banda, la extorsión del llamado “impuesto revolucionario”, la soledad y el bullying social al que fueron sometidas algunas personas y familias que se resistían a la amenaza de ETA, el ambiente de un pueblo dominado por la cultura de la izquierda abertzale, el silencio de gran parte de la sociedad vasca, la kale borroka, las torturas perpetradas por los cuerpos de seguridad del estado, la dispersión de los presos vascos y el sufrimiento que ello causa a sus familias, el dolor que acompaña a la condición de víctima del terrorismo, el difícil camino hacia la asunción de la culpa (personal y colectiva), los atisbos de una cierta reconciliación…
Una novela que refleja bien la experiencia vital del escritor y que abrió un amplio debate que animó a la participación, alargándose la reunión un poco más de lo habitual. Creemos que mereció la pena leer y compartir el libro.