Queda inaugurada la exposición Gaditanas en la memoria
enero 11, 2019Poesía y música en el Ateneo
enero 15, 2019La novela «Entre visillos», de Carmen Martín Gaite, gira en torno a la vida de unos jóvenes burgueses en una capital de provincia, posiblemente Salamanca, en los años
40 a 50 (del pasado siglo). Es un retrato de la sociedad de aquella época de posguerra, en que predominaba la moral del nacional-catolicismo, y en la que todo estaba prohibido … o era pecado. Los personajes están claramente diferenciados por su condición sexual. Los chicos tiene más libertad que las chicas: estudian, se licencian en la Universidad, tienen negocios con sus padres, algunos son pintores o escultores. Las chicas apenas terminan el Bachillerato y no amplían sus estudios. Se quedan en casa de sus padres, llevando una vida monótona, alternando paseos, iglesia, y cine; y esperando encontrar un chico con el que casarse. El contenido de la novela se centra en torno a la vida de aquellas chicas, condenadas a una existencia de «hastío y desesperación», como dice una de ellas. La mayoría son conformistas y clasistas, reproducen los valores en que fueron educadas: unas pocas tienen inquietudes y aspiran a ser universitarias o artistas; y una de ellas quiere viajar a Madrid a reunirse con su novio, que no es del agrado de su padre, para casarse con él. Martín Gaite desarrolla muy bien el tema de la opresión y la frustración a las que se ven sometidas las mujeres de aquella época. Destaca en la novela un personaje masculino, llamado Pablo Klein, profesor de alemán, que tiene una mirada crítica sobre los comportamientos de la sociedad.
El debate se centró en el análisis de la situación de la mujer en aquellos años: la falta de libertad, el sometimiento al hombre, ya sea padre, novio o marido. Se comenta cómo la mujer necesitaba del permiso paterno, o del marido, para viajar, obtener el pasaporte o trabajar. Fue opinión generalizada que las madres de aquella época tenían una mentalidad «machista». Educaban a las hijas para el sometimiento al hombre, igual que lo estaban ellas. Los hijos eran como preferidos a las hijas. Las familias que disponían de medios económicos hacían que sus hijos estudiaran carreras universitarias, en tanto las hijas permanecían en casa de sus padres, de donde salían, en todo caso, para casarse: las que se quedaban solteras iban, a la muerte de los padres, con algún hermano que dispusiera de medios suficientes.
Todos los participantes en el debate estuvimos de acuerdo con la descripción que hace la autora del estado de ánimo de las chicas, y del entorno de la ciudad: su luz cuando el sol cae, el río, y los paseos por su orilla.La novela, en fin, ha gustado mucho, pese a que parece como inacabada …